Thursday, October 11, 2007

INSOUND




Mark Mclaren: Leí en algún lugar que debido a que las aves tienen un ritmo cardiaco más rápido y una menor esperanza de vida sus cantos son más rápidos que si tuvieran un ritmo cardiaco parecido al de los humanos. Creo que algunos científicos trataron de disminuir la velocidad de algunos cantos de aves para analizarlos.

Chris Watson: Aquí, en nuestro jardín, había hoy un ruiseñor que cantaba con un trino muy rápido. Un ruiseñor puede producir sesenta y cuatro notas diferentes en ocho segundos. Ahora, nuestra relación oído/cerebro resuelve esto como un borrón de notas dispares. Pero en principio las teorías actuales, como comentabas, defienden que debido a que las aves viven sus vidas con mayor rapidez y, a pesar de que podemos verlos y convivir con ellos, están en una escala temporal paralela totalmente diferente a la nuestra. Así que su resolución temporal es mucho más rápida que la nuestra. Ellos no escuchan sesenta y cuatro notas en ocho segundos como una mancha de notas. Las aves pueden, aparentemente, y no sé cómo lo consiguen, distinguir todas esas notas individuales y pueden escuchar todos esos cambios minúsculos e incluso los saltos entre las notas para comprender que tipo de información está dando otro pájaro con su canto, ya sea sobre su situación sexual, sobre la defensa de su territorio, sobre donde su ubicación, sobre su elegibilidad o sobre su capacidad de reproducción. Una asombrosa cantidad de información en ocho segundos.

Mark Mclaren: Y ¿las grabaciones de audio contienen toda esa información?

Chris Watson: Creo que sí, puede que si. Pero la cuestión es que no creo que podamos descifrar esa información y confío que nunca lo hagamos, en realidad disfruto con esa sensación de ignorancia. Las técnica que tratan de atar todo, de refinarlo y de explicarlo son bastante simples. Imagino que incluso aunque podamos hacerlo con los cantos de los pájaros, cuando se trata de los animales superiores, los mamíferos, ni siquiera nos podemos aproximar. Trabajé con un biólogo de la unidad de investigación de mamíferos marinos en St. Andrews llamado Vincent Janik. Fue el que descubrió que los delfines con nariz de botella que habitan en la zona de Murray Firth tenían silbidos individuales a modo de firmas, algo similar a los nombres. Así que cuando una hembra da a luz repite un silbido concreto que su joven delfín aprende y que desde ese momento es como una firma silbada para toda su vida, es como su nombre. Cuando hace algunos años estaba con Janik usé hidrófobos para recoger las emisiones de los ecos de localización, ya sabes, lo que mencionamos en relación a los murciélagos, porque los delfines usan el mismo sistema para orientarse, para identificar a la presa, para acercarse a ella y, cuando están realmente cerca, también pueden utilizarlos para dejarla sin sentido y matarla con una poderosa emisión de ecos de localización. El ultrasonido revienta las vejiga natatoria de los peces. El también me contaba que también se comunican usando ecos de localización con emisiones que duran varios segundos. Y yo le pregunté si había probado alguna vez a fragmentar esas emisiones y examinarlas. Me respondió que uno de esos estallidos de ecos de localización de tres, cuatro o cinco segundos puede contener aproximadamente la misma información que un libro de bolsillo corriente. En realidad estaba diciendo que los delfines se comunican a una velocidad a la que nuestros ordenadores más rápidos ni siquiera pueden aproximarse.

2 comments:

Anonymous said...

Siempre me ha parecido admirable el trabajo de Chris Watson así como el de tantos otros que acercan o tratan de conjuntar música/sonido y biología.

Sobre el contenido de la entrevista ,me parece tan interesante como otros muchísimos aspectos de la vida natural que, pese a ser apasionantes, por lo general nos pasan desapercibidos por ignorancia o desinterés.

Bravo por Watson.

PD: vi el cartel del Sonikas V hace unos días y quedé gratamente sorprendido. Se superan año tras año!

Anonymous said...

que interesante post ;))