INCORRECT MUSIC

INCORRECT MUSIC (1997-2002)

Irwin Chusid lleva toda la vida investigando y tratando el arte mas outsider y esquizo desde el lado del respeto y el enjuiciamiento estetico menos acomodado. Durante una epoca, mas de cuatro años, llego a comandar junto a Michelle Boulé un programa de radio en la WFMU, la emisora mas jefa del planeta. El programa, como los gustos de Chusid, se las traia: un compendio de out-freak-short-obscure-music descacharrante, un manjar no hecho para todos los gustos. Para hacerse una idea solo hay que ver la importancia de Judson Fountain en el segundo programa, mas de tres seriales. Las historietas que Fountain construyo para la radio americana de comienzos de los setenta son un desproposito, cualquier cosa que puedas pensar sobre lo que no debe ser un serial radiofonico se da de tortas con la cruda realidad del material, su condicion de amateur es superada y el empleo constante de los mismos efectos, doblajes, tramas y comentarios racistas lo situan como una rara avis, un encuentro con algo mas que un mero personaje. Una vision del arte mas alla de lo racional.

Los playlist de los programas se pueden rastrear desde el primero, lo que da pie a hayazgos majestuosos: "My Bathroom Is A Special Place" de anon, un dueto entre Wildman Fisher y Rosemary Clooney, Raphael, Viv Stanshall, "Daddy, Aren't You Glad I'm a Mormon" de Mormon Kids... Y la escucha comienza a partir de diciembre de 2001. Si ya el Songs in the key of Z hacia gala de la musica mas extraña que poblaba, mayormente, los Estados Unidos, Chusid en el programa da rienda suelta a todo su imaginario y eleva lo irracional, desequilibrado y esquizofrenico a cotas inalcanzables. Nunca habras disfrutado de la musica de esta manera.

“La cultura basura es aquella poética del placer estético que se apoya en la celebración del error. Cuando un determinado objeto artístico convierte el error en elemento expresivo -convenientemente singularizado por los valores añadidos de la intensidad, un carácter irrepetible y cierta condición de belleza lateral y azarosa- se da el primer estímulo para que el receptor desarrolle el subjetivo ritual de disfrute que desembocará en la formulación de la cultura basura. El trash es una construcción de la mirada del espectador: un código cifrado a expensas de un creador que tenía otros planes para su mensaje, inevitablemente interpretado a partir de su apropiación por parte del ojo basura, desde la ironía”. Jordi Costa

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