Ah, mal-di-to. Robin Hood cabalgando a través de la cañada y, todos SABÍAMOS de qué lado estar, jugando a policías y ladrones. Hay quien asegura, desde el empirismo más radical (o sea, después de haber dormido en la calle y etc.), que la miseria es siempre simbólica. Estamos resueltos a pasar hambre antes de estar hambrientos. Literalmente muertos de miedo.
Mira, Thoreau: Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente [qué emocionante, qué perturbador este adverbio de modo], enfrentarme sólo a los hechos esenciales de la vida y ver si podía aprender lo que la vida tenía que enseñar, y para no descubrir, cuando tuviera que morir, que no había vivido. No quería vivir lo que no fuera la vida, pues vivir es caro, ni quería practicar la resignación [ese suicidio cotidiano] a menos que fuera completamente necesario. Quería vivir con profundidad y absorber toda la médula de la vida, vivir de manera tan severa y espartana como para eliminar cuanto no fuera la vida, abrir un amplio surco y arrasarlo, arrinconar a la vida y reducirla a sus términos inferiores y, si resultaba mezquina, coger toda su genuina mezquindad y hacerla pública al mundo; o, si era sublime, saberlo por experiencia y ser capaz de dar cuenta de ello en mi próxima excursión. ¿Podemos todavía concebir algo así, de camino a la FNAC, en la cola para pagar del H&M? Bueno. Fin de mis virtuales y pequeñoburguesas consideraciones por hoy.
4 comments:
Ah, mal-di-to.
Robin Hood cabalgando a través de la cañada y, todos SABÍAMOS de qué lado estar, jugando a policías y ladrones.
Hay quien asegura, desde el empirismo más radical (o sea, después de haber dormido en la calle y etc.), que la miseria es siempre simbólica. Estamos resueltos a pasar hambre antes de estar hambrientos. Literalmente muertos de miedo.
Mira, Thoreau:
Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente [qué emocionante, qué perturbador este adverbio de modo], enfrentarme sólo a los hechos esenciales de la vida y ver si podía aprender lo que la vida tenía que enseñar, y para no descubrir, cuando tuviera que morir, que no había vivido. No quería vivir lo que no fuera la vida, pues vivir es caro, ni quería practicar la resignación [ese suicidio cotidiano] a menos que fuera completamente necesario. Quería vivir con profundidad y absorber toda la médula de la vida, vivir de manera tan severa y espartana como para eliminar cuanto no fuera la vida, abrir un amplio surco y arrasarlo, arrinconar a la vida y reducirla a sus términos inferiores y, si resultaba mezquina, coger toda su genuina mezquindad y hacerla pública al mundo; o, si era sublime, saberlo por experiencia y ser capaz de dar cuenta de ello en mi próxima excursión.
¿Podemos todavía concebir algo así, de camino a la FNAC, en la cola para pagar del H&M? Bueno. Fin de mis virtuales y pequeñoburguesas consideraciones por hoy.
sheeee's beyond good and eviiiiiill
me la poneeee como un pepinooooo
ea
VIVA MIRIAM!!!
"we are time" es la que me masacra con ternura.
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