1. Algunas clases de ranas e insectos vocalizan juntos en un hábitat concreto con el propósito de que ninguno de ellos sobresalga individualmente. Este coro crea una interpretación sonora expansiva que los protege impidiendo que los depredadores localicen el lugar conreto del que emana el sonido. Las vocalizaciones de las ranas en sincronía surgen de tantos lugares simultaneamente que parecen provenir de todas partes. Sin embargo, cuando estos patrones coherentes son debastados por el sonido de un avión a reacción que vuela dentro del area de la laguna, la biofonía especial de las ranas se descompone. En un intento por restablecer el ritmo unificado y el sonido coral cada una de las ranas se asoma brindando a depredadores como coyotes o búhos la oportunidad perfecta de conseguir comida. Mientras grababa en primavera a los curiosos sapos de espuela de los llanos (Spea intermontanus) en la orilla norte del lago Mono en las Eastern Sierras, a pocos kilometros del parque nacional de Yosemite, ocurrió algo similar. Después de desaparecer el sonido del avión militar a reacción, pasaron cuarenta y cinco minutos antes de que los sapos consiguieran restablecer su coro defensivo. Bajo la luz vespertina observamos como dos coyotes y un fenomenal búho con cuernos se alimentaban en la orilla de la laguna.
2. Una vez mientras investigaba la acústica de la cuenca Amazónica, un reactor de varios motores paso a escasa altura sobre la selva interrumpiendo el canto de aves e insectos al amanecer justo donde estábamos grabando. Cuando regresamos a nuestro laboratorio y revisamos el efecto del ruido del reactor sobre el paisaje sonoro natural, descubrimos que la interrupción causada por el reactor provocó que muchas criaturas parasen sus vocalizaciones mientras otras modificaban sus motivos de forma significativa. La ruptura momentánea de la integridad de la biofonía causada por el reactor provocó que muchas criaturas se convirtieran en víctima de depredadores oportunistas como halcones o mamíferos de la zona. Sin lugar a dudas, su comportamiento se modificó perceptiblemente.
3. Debido al ruido que propagan a su alrededor los botes que viajan por la Bahía Glaciar en el parque nacional del sudeste de Alaska, se ha observado que las ballenas jorobadas huyen y se esconden detras de pequeños montículos de tierra o de grandes formaciones de hielo que se desprenden de los glaciares, aparentemente en un esfuerzo por situarse en zonas de "sombra" más silenciosas. En la bahía donde abundaban las ballenas, en los últimos años, se ven cada vez menos. Junto a otros factores como el modo especial en el que cierto ruido de los barcos es amplificado por el contorno geográfico especial de la bahía, algunos biólogos creen que el ruido producido por el ser humano es un ingrediente que contribuye de forma importante en este descenso.
4. Pradera Lincoln, a algunos kilómetros al este de Yuba Pass a la altura de la cumbre de Sierra Nevada a 3 horas y media en coche de San Francisco, existía un hábitat virgen repleto de gran variedad de aves de primavera, insectos y anfibios. Allí grabé a finales de la primavera de 1988. Un año después de nuestra primera grabación, el bosque que rodea Lincoln Meadow fue talado de forma selectiva aparentando a los ojos de la gente salud y vigor y eliminando cualquier evidencia de destrucción que se percibiría si se hubiese dejado un descampado. Sin embargo, el arroyo que corría por la pradera alpina se quedo enturbiado tras la desforestación y las truchas dejaron de esconderse en los hoyos claros que había a los lados del torrente. La pérdida de la biofonía, todavía resonante y palpable 18 años después, es más evidente que todos los engañosos indicios visuales. No hay densidad de aves. No hay insectos. Sólo en ocasiones aparece un tipo de rana de primavera.
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